Montañismo en primavera

Uno de los principales peligros que podemos encontrar al movernos por zonas de alta montaña durante la primavera son aquellos neveros que persisten hasta bien entrado el verano y que suponen un peligro de resbalón y deslizamiento. 

La cantidad y persistencia de estos neveros variará de una temporada a otra, dependiendo de la cantidad de nieve acumulada durante el invierno, el aumento de la temperatura, que favorecerá la fusión, o una primavera de temperaturas “relativamente bajas” que hará que la nieve funda más despacio.

Lo que si es común, es que los vamos a encontrar altos, y en el interior de los macizos, zonas de cubetas o ibones, collados, laderas protegidas y caras nortes.

Muchas de las rutas las podremos realizar con normalidad y sin necesidad de equipamiento especial. Pero qué ocurre si transitamos por estas zonas de alta montaña donde la nieve persiste.

PRESTAREMOS ESPECIAL ATENCIÓN A RUTAS QUE:

– Atraviesen collados por encima de 2500 metros.

– Rutas a ibones en zonas de alta montaña.

– Cumbres con cotas superiores a 2500 metros.

A diferencia de lo que mucha gente piensa, un deslizamiento descontrolado sobre un nevero puede tener consecuencias fatales, aunque al final de la pendiente nevada no exista un cortado o un cambio de pendiente brusco. Al deslizar sobre el hielo se adquiere una gran velocidad en pocos segundos. Es en ese momento cuando cualquier roca se convierte en una afilada cuchilla.

ANTES DE CRUZAR UN NEVERO DEBES VALORAR:

– ¿Llevo el material necesario y se utilizarlo?

– ¿Qué consecuencias tendría un resbalón por la pendiente?

– ¿Existe un camino alternativo más seguro?

NO DUDES EN DAR MEDIA VUELTA ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE.

¿Y EN CASO DE DESLIZAMIENTO?

Deberemos estar entrenados en las diferentes técnicas de autodetención. Además del piolet, deberemos ir debidamente equipados con casco, guantes y ropa de manga larga (arriba y abajo) para protegernos de posibles golpes y fricción con la nieve.