Como todos los aspectos relacionados con la montaña, también el equipamiento para vestirnos ha vivido una importante evolución debido a la aparición de nuevos tejidos, la experiencia de muchos montañeros y la evolución de la propia actividad del montañismo en sus diferentes facetas.
Las investigaciones y creación de nuevos tejidos por parte de los fabricantes, han permitido desarrollar prendas cada vez más ligeras, más ergonómicas, más térmicas, más transpirables y más aislantes. Todo ello para ayudarnos a regular y sobre todo mantener cada vez mejor nuestra temperatura corporal mientras realizamos la actividad de montaña elegida.
Además cada vez más, se realizan con un trabajo de diseño y estética importante, que ayuda en la decisión de la compra. Aunque queremos resaltar al respecto, que la estética nunca debe ser el factor determinante en la adquisición de una prenda destinada a su uso en la montaña.
Junto a los tejidos naturales, ya conocidos, se han desarrollado tejidos sintéticos que buscan diferentes propiedades.
Estas propiedades van a venir definidas, sobre todo por su capacidad de responder ante tres factores decisivos a la hora de mantener nuestro cuerpo a la temperatura óptima: TRANSPIRABILIDAD, CAPACIDAD TERMICA Y AISLAMIENTO.
Estos factores han ayudado a desarrollar un sistema de equipamiento Sistema de Capas, también conocido como Sistema de Cebolla o Sistema de las 3 Capas:
Habría que decir que cada una de las tres capas tiene cualidades térmicas, transpirables y aislantes, pero en cada capa predominará más una de estas características.
CAPA INTERNA. TRASPIRABILIDAD.
Es la prenda en contacto directo con nuestro cuerpo, su principal función será mantener nuestra piel seca favoreciendo que nuestra transpiración salga hacia el exterior. Existen tejidos naturales, como la lana merina o sintéticos tipo Coolmax, que permiten que esta transpiración sea más efectiva.
A su vez tendremos prendas de primera capa más ceñidas y térmicas, enfocadas a los días de mucho frío.
CAPA INTERMEDIA. TÉRMICA.
Su principal función es el mantenimiento del calor de nuestro cuerpo. También debe ayudar a la transpiración.
Aquí se abre un gran abanico de posibilidades, desde una sudadera fina a una prenda de plumas gruesa. La cantidad y/o el tipo de prendas que usaremos en esta segunda capa, vendrá determinada por la necesidad que tengamos de mantener nuestra temperatura corporal. Así, dispondremos de una gama muy amplia de ropa que también podrá incorporar más cualidades transpirables (forro polar) o más cualidades aislantes (cortavientos), además de térmicas.
Aquí podemos encontrar forros polares, windstopper, softshell, primalofts, plumas… o incluso chalecos de cualquiera de los tejidos mencionados.
CAPA EXTERNA. AISLAMIENTO.
La principal función de la capa más externa es aislarnos de las inclemencias del tiempo, en especial del agua y el viento. Sin embargo resulta también muy importante que esta sea transpirable para terminar de evacuar la humedad de nuestro cuerpo. Esto se consigue con una membrana impermeable.
Se podría decir que son las prendas más técnicas ya que por un lado deben evacuar la humedad de nuestro cuerpo y por otro lado impedir que entren las gotas de agua de lluvia o nieve.
Además, en realidad se trata de una de las prendas más importantes para mantener nuestro gradiente térmico en caso de un día de viento o lluvia.
No podemos olvidarnos de las manos y la cabeza. Estas partes de nuestro cuerpo son las que pierden calor con mayor facilidad, y es necesario protegerlas del frio y el aire.
A todo lo anterior deberemos sumar un gorro, mas o menos grueso dependiendo de la actividad que vayamos a realizar y el frío que tengamos ese día.
Para los guantes y manos podemos aplicar la misma teoría de las capas que para nuestro cuerpo. Existen guantes en los que se combinan, capacidad térmica e impermeable, así como únicamente capacidad térmica.
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